El ejercicio físico es considerado como la polipíldora del siglo XXI. Mejora la calidad de vida, mejora la sintomatología, previene y trata enfermedades y recupera lesiones.
Debemos concienciar a nuestros pacientes que el tratamiento no termina en la camilla, siendo ellos la parte activa vital en el tratamiento de su patología.
El ejercicio físico es una terapia con potentes efectos científicamente demostrados, donde una adecuada dosis, así como un correcto conocimiento de los efectos y posibles reacciones adversas es necesario para lograr los objetivos marcados.